Escribentes
Imágenes, sentidos y pensamientos
Seres de existencia real o imaginaria, máquinas y artificios que transforman una energía en otra. En este caso, enunciados, imágenes e ideas.
Otoño del 2025 - La Quimera del viento
Cuando el cielo dice ser otro
Significados: Emancipación.
Una buena definición de emancipación puede ser «recuperación de autonomía», si se la perdió.
Ganar libertad, si nunca se la tuvo.
Quien leyó los clásicos de la política indicados en los manuales como comienzo, sabrá del Grupo Emancipación del Trabajo.
Se sabe de un tango y de un nombre propio.
Algunos diccionarios la ligan a liberación, pero atención: no son lo mismo.
Solo un dato más: el liberalismo de moda no la nombra.

Amor fati
Eternos retornos del yo que se desgrana.
Aprendizaje
La integridad es el punto de llegada y su camino. Es el proceso en el que me encontré, casi azarosamente, pero que a fin de cuentas emprendí. Quizás latente desde siempre, hoy son los pasos que acometo.
Es más que un deseo, más que una propuesta, más que la enunciación de hacerlo. En estos tiempos de nunca frenar, para verme tuve que salir de mi. Frenar la marcha y mirarme; pero no mirarme en el espejo o con los ojos; eso es fácil. Lo hacemos todo el tiempo; más que respirar o comer, que es del orden de lo necesario.
Pero -siempre hay un pero- salir es un imposible, como también es imposible pensarme como yo; como solo un yo.
Yo no soy muchos, no es eso: yo es un ir siendo. Y yo no soy sin otras personas; no soy la ilusión de un yo individual. No soy sin la naturaleza, soy en la naturaleza. Eso lo sabemos, también… ¿pero lo tenemos en cuenta?
Hasta aquí lo sabido; pero no lo recorrido. O lo sabido contado pero nunca vivenciado; no al menos de esta forma. Pero en este camino de perfumes y aceites hay novedades; hermosas novedades. Cuando mire desde lejos recordaré esa escalera de tazones de cemento. Algo debe esconder esa forma.
Sigamos: la integridad no es su decir; la integridad es dar y recibir. He descubierto que no sabía recibir. Recibir no es tomar; es más que eso: es despojarse para dejarse afectar. En mi escalera hacia la integridad ese escalón del puro despojarme, y de aceptar el recibir parece haber sido afrontado. No se trata ni de un día ni de un instante; he comenzado a despojarme para poder recibir; cuando creía que daba y ofrendaba hoy descubro que dar y ofrendar en el fondo eran solo tomar. Dar para tomar. Mi ofrenda y mi pura dación en la apariencia eran tomar.
Acariciar era tomar; leer y contar eran hablar. Eran actos de cierto egoísmo; dar y en el dar, recibir. Tal vez las palabras mágicas fueron “animarse a recibir”.
Salir de ese estado fue el escalón del recibir. Aprender a recibir. Despojado y paciente. Recibir, como preparación para poder dar, dar de otro modo. Ese parece ser el camino de la conexión. Allí me encuentro. Ser tocado sin tocar; es el desafío de aceptar. Así como en el pensar solo hay nosotros, pues yo es una ficción, en el sentir corporal el primer momento parece ser el sentir en el cuerpo, pero en realidad es el cuerpo en conjunción. Músculo, piel, pensamiento, emoción. Primera conjunción de recibir despojado de mi.
La vendimia del buen cobijo
Frío
Lucía tropezó con su propio perfume. Buscó un lindo pañuelo para entibier su cuello y sin demasiada atención cuidó que la casa quede en orden, terminó de abrigarse y emprendió el camino. Los pocos pasos que dio bajo el frío del último vestigio del atardecer, la detuvieron. Antes que su nariz enrojeciera estaba nuevamente en casa con el teléfono llamando a Hernán. “Vení vos”, “Hace frío”, “Te espero con café”.
Hernán había preparado su casa para esa visita especial. La mesa y el mantel, el pan y el vino. Las luces bajas para acompañar la suave música que corría tenuemente. Un chocolate escondido puntillosamente y ciertas fotos que esperaba que Lucía pudiese acariciar.
No alcanzó a lamentarse, cuando ya se vio apurando el paso tras un taxi; su corazón había calmado la ansiedad con música, ahora el aire frío confundía el apremio. Toda una tarde delineando los posibles pasos de Lucía, imaginando besos o caricias según la música, según el trago, según la mirada, para dejar su destino más próximo en manos del azar. Así es la vida, la historia y el futuro. Actores invisibles de escondidos dramaturgos.
Lucía lo recibió con su café. Cumplió esa ofrenda porque las manos heladas de Hernán se lo pidieron al acariciarle las mejillas. Hablaron y rieron. Hablaron, se escucharon; hablaron e hicieron muecas de fastidio si la realidad entraba a caballo del viento, en alguna rendija que cambiaba el aire. Hablaron, se escucharon, hasta que sin darse cuenta se dieron un dulce beso. Labio con labio, mirada con mirada. Y siguieron charlando, mirando fotos como siempre, leyendo juntos la letra de alguna canción. Y llegó el alba. Y fue ese beso al promediar la noche que se repitió un rato antes que Lucía tuviese sueño. Se repitió igual: Labio con labio, mirada con mirada. Otro dulce beso. Se quitaron prenda a prenda, asegurando la tibieza para cada instante de sus pieles; y se acostaron para cuidarse en el dormir.

Temporada 2025. Radio.
Los Sonidos de la Calle

Burucúa salía de la oficina exctamente a las seis y tres minutos. Ese pico de tiempo era el que gastaba en atravesar la puerta y elegir la escalera para evitar conversaciones inútiles en el pasillo. Kenig tenía tiempo, apenas había pasado el mediodía. No había pensado la manera de decir su nueva.
Lecturas noveladas
Ficción
Exilio y rastros de poesía

Azimel se va de viaje. Armó su mochila con menos cosas que deseos y cerró la puerta con dos vueltas de llave. Dio un beso en el lomo de la Trabex y la soltó hacia adentro, dejándola caer por el buzón de bronce de la puerta. Buscar la felicidad en otro lado -siempre en otro lado- o sentarse a filosofar; antes se decía que vivir bien era saber pensar. Nada más falso.
Dijo que la luna indicaría su camino. ¿Podrá Azimel, seguir sus propios pasos? La sombra de los exiliados siempre marcha por delante. Sólo arrima su ayuda en los repechos, tendiendo sus manos gentilmente como lazos invisibles. Noso-tros, sombra de sombras no dejamos de seguirla. Indagamos sin respuestas. ¿Tan difícil es asimilar la marcha? La soledad es un vómito de luz sobre esa mano que se extiende en el repecho.
Lejana, en un bar desconocido. Horario matinal; las señales de tránsito y los vivos colores de los teléfonos públicos indican otro país. Los nombres en el menú, las voces en la radio. Las marcas de los autos, los nombres de las calles. Otro país.
Busca un espejo y allí sus propios ojos; se gusta y no se entiende. Azimel ensaya una seña para pedir algo al mozo. Una franela húmeda pasa por la mesa y se lleva su mirada perdida. Vuelve al espejo. Se gusta; sigue sin entenderse. Moja sus labios ajados en el café con leche y un vapor caliente recorre su nariz. Será la única caricia en ese día.
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Verano de hace unos años (sin datar)
Energías en desuso.

Publicaciones

2012
- Exilio y rastros de poesía
Otoño 2024
Pequeñas misceláneas. María Cristina Oleaga.
Licenciada en Psicología - Universidad de Buenos Aires, ha publicado numerosos artículos en diversos medios. Hoy acercamos estos dos escritos de fuerte actualidad.


Segunda estación de moras y halcones
El alba del cometa
Pétalo violeta.
Una joven mujer camina por las calles arboladas en un barrio sereno del Oeste. A su espalda, desvaneciéndose, quedó una tórrida avenida. En su andar, un bosque urbano de plátanos y jacarandás suaviza la luz del sol que alcanza las veredas. Las casas bajas descansan en su siesta; los edificios parecen reclinarse. No hay automóviles. Las cuadras que suceden hacen un camino de sinuosos tornasoles; es una marea tintineante de hojas verdes y ramas enlazadas. Los gorriones ya no escapan de la gente. No se oyen voces. Imagina el sonido de un tren cercano al arribar a la estación, lentamente, para no quebrar la calma. Es más que su imaginación; es un recuerdo. En un taller un hombre medita en su rincón solitario.
Lucía llegó despacio, atravesando aquellas pocas cuadras de pasos atenuados. Nítida y airosa. Alcanzó la dirección que llevaba en su memoria y pulsó el timbre que debía tocar. Se anunció sin nombrarse y buscó en su inmediatez algo que hiciera de espejo para verse; un enorme vidrio que era puerta, devolvió su imagen entera. Así, se acercó lo suficiente para confirmar una tenue sonrisa. Recorrió su remera blanca y separó con las yemas de sus dedos un pétalo violeta arremetido por el viento. Sintió pena de borrar ese detalle casual. Aflojó sus hombros, relajó las manos. Un grueso cuaderno y una pequeña cartera que ella misma había hecho para sí era todo el equipaje que llevaba. Dentro del edificio, un pasillo culminaba en la puerta que ocultaba el ascensor. Un pequeñísimo cartel de números verdes contaba los pisos que el descenso del coche iba descartando. Ella, restaba desde el umbral. Despreocupada y sin tiempo. Sin medir el tiempo. Solo contó números: cuatro, tres, dos…
Talleres de Lecturas e indagaciones
Lecturas
Taller Marx

¿Por qué leer a Karl Marx a más de un siglo de su muerte, cuando solo unas minorías apuestan a salidas colectivas, cuando el individualismo parece haber triunfado definitivamente y las variantes religiosas se multiplican? Precisamente por su vigencia: Marx hizo la crítica más profunda al sistema mercantil de producción, que es justamente la investigación a la que dedicó su vida.
Preguntar por nuestras sociedades supone indagar quiénes somos, cómo llegamos a ser lo que somos y cómo nos relacionamos en el mundo; es preguntar por el lugar de las personas en la historia, el estado y los conflictos sociales. Encarar un proyecto de intervención política, cualquiera que sea, supone una variante determinada de formación. Optamos por la formación autogestiva y plural, y desde allí hacemos la invitación a este recorrido.
Verano de hace unos años (sin datar)
Energías en desuso.

Galerías y colecciones de imágenes
Actividades; nuevas o pasadas.

2024
- La compañía Tres Gatos Locos y el teatro Hasta Trilce presentan el 2º Festival Liliana Bodoc
- La pluma de Bodoc, que honra y da sentido a esta compañía teatral, vuelve al escenario en una segunda edición del festival que reúne cuatro obras de su autoría. Cada sábado de abril presentaremos una obra diferente, para compartir con público de todas las edades. La versatilidad de su palabra se verá reflejada en esta diversidad de propuestas de la ya clásica compañía Tres Gatos Locos.

2023
- Los Sonidos de la Calle. Los 26 programas del ciclo pasado.

2014
- Ronda de Poesía y Cambio Social
Contactos y colaboraciones
La comunicación es un hechizo circular; aquí: un camino de tantos.
